Eran calles de Febrero.
junto al muelle, un velero.
La mar vestida de invierno.
Un suspiro de horizonte
traía aquel marinero
cargado de nostalgia y recuerdos.
De su bolsillo una fotografía,
del corazón prendido, una mujer,
de alma un encuentro
con aquella tierra que le vio nacer.
Eran calles de febrero,
como un coro que abrazara las esquinas
y una música de alegría,
aquella mujer grabada al fin en la mirada
vestida de luz divina,
como de ababol en primavera,
como aquel carnaval que el sentía…
y, junto a la muralla, frente
a ese mar vestido de invierno,
mientras las gentes cantaban, bailan y reían,
después de tanto tiempo,
se volvieron a besar.
II
Mientras que en los relojes
con toda su sabiduría
se aproxima la ceniza,
sorprendidas estas noches
de luz y mundano regocijo,
caen uno a uno los abrazos
de alegres máscaras
y libertad de unas gentes
que se atreven a vivir
sin más límite que ellos mismos.
Ahora carnaval,
sin más sentido que tus maneras.
Ven a gozar y déjate llevar
entre el colorido de un disfraz
y el sabor de esta fiesta
en noches como estas
en un feliz destino
que invitan a beberse las horas
de máscaras con sabor a mar.
junto al muelle, un velero.
La mar vestida de invierno.
Un suspiro de horizonte
traía aquel marinero
cargado de nostalgia y recuerdos.
De su bolsillo una fotografía,
del corazón prendido, una mujer,
de alma un encuentro
con aquella tierra que le vio nacer.
Eran calles de febrero,
como un coro que abrazara las esquinas
y una música de alegría,
aquella mujer grabada al fin en la mirada
vestida de luz divina,
como de ababol en primavera,
como aquel carnaval que el sentía…
y, junto a la muralla, frente
a ese mar vestido de invierno,
mientras las gentes cantaban, bailan y reían,
después de tanto tiempo,
se volvieron a besar.
II
Mientras que en los relojes
con toda su sabiduría
se aproxima la ceniza,
sorprendidas estas noches
de luz y mundano regocijo,
caen uno a uno los abrazos
de alegres máscaras
y libertad de unas gentes
que se atreven a vivir
sin más límite que ellos mismos.
Ahora carnaval,
sin más sentido que tus maneras.
Ven a gozar y déjate llevar
entre el colorido de un disfraz
y el sabor de esta fiesta
en noches como estas
en un feliz destino
que invitan a beberse las horas
de máscaras con sabor a mar.
Carlos Gargallo _ Al Carnaval de Cartagena.
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