En la boca de tus labios me sumerjo.
Caigo hasta en el deseo de tu sombra.
En la ternura de tus ojos navego
y es todo como un cielo,
y todo es arco iris
pintado en el clamor de tu figura.
Caigo hasta en el deseo de tu sombra.
En la ternura de tus ojos navego
y es todo como un cielo,
y todo es arco iris
pintado en el clamor de tu figura.
Cada día se me hace tiniebla,
cada noche deseosa de tu piel encendida,
- llama sobre llama-,
brasas infinitas.
Entonces, solo entonces,
en el roce de nuestras alas,
como agua de rocío,
me embriago en tus venas
cegándome el brillo
de unos ojos enamorados.
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