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viernes, 28 de noviembre de 2008

Morir a su manera

Tenía el corazón en las nubes
y su isla quedaba muy lejos;
era, como os diría,
un pájaro de plumas nítidas.
Soñaba, que nunca morirían
en su rosal, las rosas.
Era el cantor sin voz
de la lluvia en primavera,
la blancura de una paloma,
un poco el azul limpio del cielo.
Su ritmo de columpios,
como un eco alegre de chiquillos
y quedó dormido para siempre
en el vals de aquellos años.

Hoy piensa y respira
buscando aún su meta,
no le queda otro remedio,
son ordenes que da la vida
entre sumisas obligaciones,
entre impuestas normativas.
Decidió entonces
morir a su manera.
Se convirtió en poeta.

Carlos Gargallo (c)

1 comentario:

Transeúnte dijo...

Hola paisano!
Me alegro de saber que hay personas que me leen

Me gusta mucho tu blog, y son muy buenas tus poesías.

Hasta la próxima