Hoy ha amanecido nublado y con frío
en toda esta región de contrastes.
Desde el otro lado de la ventana,
sigo conmigo mismo, solo, empeñado
en ordenar para siempre, libros,
cuadernos, fotos y recuerdos.
Hoy, vuelvo a conversar
con el hombre que quise ser
y el viejo que seré.
Empieza a llover,
dicen que incluso, pudiera nevar.
No quiero visitas, ni llamadas,
solo saberme presente
en esta habitación, en este mi oráculo.
Ahora, cuelga sus pies
desde la estantería, el silencio,
un silencio a voces ante mi pecho.
He decidido no ordenar nada,
dejarlo todo a su manera,
libros que lloran poemas,
cuadernos que suplican ternura,
copos que comienzan a besar al cristal
con visillo interior y puntillas de soledad.
Carlos Gargallo (c)
5 comentarios:
magnifico poema.
muy bonito
saludos
http:\\coresemtonsdecinza.blogspot.com
Lindo. La soledad muchas veces puede ser mas gratificante que cualquier otra cosa.
me impactó tanta soledad
abrumadora y letal
saludos desde el fin del mundo
Gracias por vuestras palabras. Un abrazo.
Me gusto eso del hombre que quise sere y el viejo que sere.
Gracias paisano por las bellas palabras que me has dedicado en tu comentario.
Abrazos
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