Cuando me pierdo en las tardes desoladas
y miro a los niños ante los rojos semáforos,
les diría (en el corto espacio del cambio de color),
no seáis unos humanos más,
no cruzad, quedaros en el tiempo presente
para que la inocencia os guarde el alma,
para que el alma os guarde.
Dentro de poco será demasiado tarde.
Vendrán las penas, los recuerdos de ahora,
los puñales afilados
de quien menos lo esperas.
Pero, aún mirándolos a los ojos fijamente
queriendo llegar a toda costa,
están impasibles,
nacidos con el gen de la derrota.
!Niños, niños!
corred, jugar con la tierra
subiros a los árboles,
saltad sobre charcos,
cantad en los corros,
bebéros la primavera.
Carlos Gargallo (c) de "La ley de la selva" (r)
3 comentarios:
Carlos cada unolleva un niño en el interior y no deberiamos dejar que muera.
Es la inocencia, lo mas preciado que tenemos.
Un abrazo
...y que nunca se acabe... que nunca se acabe.
Lo malo de la infancia es que no somos conscientes de ella cuando la vivimos.
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