No sumaremos más sueños, padre mío.
Éramos cinco en aquella casa,
igual que un palomar,
como palomas de luz y sombra.
¿recuerdas?
Plaza de la Fuensanta
de esta ciudad.
Tú plantabas tus pies firmes
en tu trabajo, con esa sensación
de militar en el puesto de guardia.
Bigote años 50,
delgadamente delgado, avizor,
rígidamente en apariencia,
mirada siempre al frente,
águila en realidad,
no sé,
quizás personaje de otro tiempo,
caballero a capa sin espada,
más bien,
andaluz de tacita de plata.
Después pasaron los años,
madre y tu marchasteis,
ya nada.
Futuros sueños rotos,
plaza de la Fuensanta
Murcia,
una casa cerrada
y el invierno.
Carlos Gargallo (c)
7 comentarios:
En ocasiones los recuerdos del pasado nos llegan silenciosos, a traición, con alevosia, aprovechando la oscuridad. Pero pasan a traves de nosotros tan rapido como una brisa de verando.
Un abrazo
está bueno evocar el pasado...sólo eso........evocar.......
y quedarse con los mejores recuerdos!!!!!!
te he dicho alguna vez que me gusta como escribes?? creo que sí,jajaja...........
un abrazo querido poeta
Fiel y precioso.
Espero que el año que esta entrando te ofrezca todo cuanto merezcas.
Un abrazo.
Es ley de vida y no por ello menos doloroso. La casa cerrada me ha plasmado una imagen, que no deseo nunca ver.
Un saludo
Excelente recuerdo. Mientras habite el recuerdo hay vida.
Un saludo
"No sumaremos más sueños, padre mío"...
Cada vez que entro a leerte, vengo hasta aquí y vuelvo a leer este verso. Me produce escalofríos, Carlos. No necesito leer más, leo esas seis palabras y me producen tales sensaciones, que se me eriza la piel, y las lágrimas amenazan con caer a cántaros.
Es precioso...
Mario, amigo mío, mi padre murió con 58 años, siempre dije que de alguna manera, yo morí algo con él.
Te comprendo perfectamente, entiendo tus sensaciones, recibe un fuerte abrazo.
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