Había una ventana
desde donde el mar
solo se intuía,
aún así, para nosotros
era como si sus olas
rozaran con su espuma
y su aroma a yodo y sal,
su alféizar y sus cortinas.
Era la casa
un tumulto de sonrisas,
como si toda la felicidad
se prendiera
en tan solo, unas cuantas horas
de cada uno de los fines de semana.
Jugábamos a juntar nuestros cuerpos
sin querer separarlos para siempre.
La luz entraba
con su espada vencedora
entre los cristales
y soñábamos ser príncipe y princesa,
marinero y sirena,
caudal inagotable de amor y sexo
hasta caer rendidos
bebiéndonos el aliento.
Carlos Gargallo (c)
6 comentarios:
que linda casa. PASABAN COSAS!!! se vivia!!!! un abrazo
roxana
Qué hermoso poema, cargado de amor y pasión, de mar y momentos únicos.
Besos
Es precioso... Me encanta la forma y el estilo con el esta hecho este poema.
Aunque he de reconocer que no entiendo mucho de poesía, sin duda es precioso.
Quería agradecerte y decite que es un honor contar con tu presencia entre los seguidores de mis blogs, Gracias, Carlos. Seguro que aprenderé muchísimo de ti.
Recibe un fortísimo abrazo
Gracias amigos míos por vuestras palabras de ánimo y por seguir aqui..., en mi corazón.
muy evocador tu poema :) una casa desde la que se imagina el mar :) qué estupendo el olor del mar, siempre recuerda el calor del verano :)
Poeeeeetaaaa me gustò el texto, permite ir imaginando y eso me mueve...
Te dejo un fuerte abrazo.
Ojalà vuelvas a mi rincòn sos siempre bienvenido.
Publicar un comentario