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jueves, 26 de febrero de 2009

La jaula de los mil suspiros

Me pesa, me pisa, me pasa la vida.
Manos que son aún, de piel relativamente joven,
estos ojos guardan mucho brillo,
estos labios -fábrica de besos-
sigue estando en marcha.
Pero cautivo en la jaula de los mil suspiros,
me pesan las despedidas,
me pisan viandantes cercanos,
me pasa un años y otro año
sin haberme crecido las alas.
Al final
soy un ratón de biblioteca,
una hemeroteca de los 60/70,
un puñado de versos al día,
una mueca de dolor por las siestas
y un redoble de suspiros
en las noches de luna llena
como pretendiendo ignorar las ausencias.
Me pesa, me pisa, me pasa la vida.

Carlos Gargallo (c)

9 comentarios:

MiLaGroS dijo...

Me gusta mucho este poema. Y creo que lo comprendo. ¿ Será la crisis de los cincuenta?. ja, ja, ja.
En serio es muy profundo e interesante lo que cuentas. Yo también pensaba que a esta edad tendría unas hermosas alas pero la vida me pisa a ras del suelo y me pesa. Y cuanto más me pesa menos puedo volar. un abrrazo milagros

Unknown dijo...

humm, cuántas pes! palabra, pensamiento y primavera también empiezan por p :) aunque dichas las tres tuyas: pesa, pisa y pasa... y juntas... son palabras que se piensan, y mastican, en un día cercano a la primavera :)
... si es que he querido ser original, pero no me ha salido bien :)
feliz día!

Unknown dijo...

Qué bonito mil suspiros!!!
"... en la noches de luna llena
como pretendiendo ignorar las ausencias.
Me pesa, me pisa, me pasa la vida.."

Es así... qué le vamos a hacer.. te quedó hermoso.

Tengo un regalo de la Amistad en mi blog, si lo aceptas para a recogerlo.

Un beso.

Antonio del Camino dijo...

Amigo Carlos:

Pesa, pisa y pasa la vida, pero ahí andamos, aguantando tormentas, malos vientos, cotidianos cataclismos... aprendiendo, minuto a minuto, el duro oficio de vivir. Aún con todo, tú y yo lo sabemos, la vida merece ser vivida, entre otras cosas, porque es lo único de lo que disponemos mientras dura.

Tus palabras expresan muy bien el desánimo que a veces sentimos frente al paso del tiempo, pero la luz del poeta debe trascenderlo y avanzar, a pesar de todo. Como decía José Hierro en uno de sus famosos poemas: "Llegué por el dolor a la alegría."

Un fuerte abrazo.

Marian Raméntol dijo...

Cuán cierto es que la vida pasa, pisa y pesa, Carlos, y lo único aceptable es llevarlo con dignidad.

Un abrazo
MArian

Anónimo dijo...

"Un puñado de versos al día,
una mueca de dolor por las siestas
y un redoble de suspiros
en las noches de luna llena..."
Me quedo con esta parte del poema que causo en mi, una vuelta de los recuerdos que tenía guardados en algun lugar de mi memoria. Gracias!

Poeta Carlos Gargallo dijo...

Gracias amigos por estar ahí y seguir mis poemas, un enorme abrazo de todo corazón.

Laura Gómez Recas dijo...

Pesar, pisar, pasar. Y vas haciendo camino.
Un abrazo
Laura

Librería de Mujeres Canarias dijo...

Bello poema, Poeta Carlos, muy bello. Y sin embargo, seguro que las alitas están brotando en ese tierno ratón de biblioteca que así escribe.
Un saludo. Un placer visitarte.
Izaskun