Los bares de moda
rozaban con sus luces
las altas horas de la madrugada.
Se rendía culto a Donna Summer
y la fiebre alcanzaba su éxtasis
en sábados- noche.
Desde sus asientos,
las parejas salían ya abrazadas
cuando la música se hacía sinuosa,
balada de roce y besos.
Hay un mundo perdido
donde el eco de la palabra
se posa en íntimos susurros
envueltos en olvido.
Carlos Gargallo (c)
7 comentarios:
Época hermosa y a la vez dura aquella, en que las parejas (o sea los otros), como escribes con precisión, "salían ya abrazados/ cuando la música se hacía sinuosa/ balada de roce y besos", y otros nos quedábamos en la sombra de la ausencia de cualquier la de los focos y la de sus labios.
Hay un mundo pasado
donde el recuerdo
son imagenes salpicadas
de palabras y sentimientos
Hay un mundo presente
al que entregarse sin reservas
para que en el mundo de mañana
podamos recordarlo sin reservas.
Un saludo
Carlos sigo tus poemas y te felicito por ellos
un beso!
Nacì en el 67, no conozco las salidas de la dècada del 70, pero sì algo de las del 80... jajaja y las recuerdo con nostalgia.
Un beso y nos seguimos leyendo....
Marìa Laura.
Qué tiempos aquellos, tan inocentes y esperanzados.
Un saludo.
Sublime!!!
besos
Evocador poema de aquellas tardes de música, guateques y domingos llenos de insinuaciones, roces y palabras. Bien enfocado el tema, sí señor.
Saludos
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