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jueves, 22 de octubre de 2009

Javier del Granado


Poeta, hijo de Félix A. del Granado, nació en Cochabamba el 27 de febrero de 1913 y falleció en esa misma ciudad en 1996. Realizó sus estudios básicos en Cochabamba: Casi toda su juventud la pasó en su propiedad agraria de Colpa, Arani. Presidió la Sociedad de Escritores y Artistas de su ciudad natal de 1947 a 1954. Fue Mantenedor de los Juegos Florales en 1946; a partir de los Juegos Florales de La Paz, 1943, Javier del Granado fue laureado en varios certámenes de esa índole, habiendo recibido la Flor Natural, el Laurel de Oro y la Banda del Gay Saber, hasta 1950, siendo galardonado con el título de Maestro del Gay Saber. Asimismo recibió otras distinciones internacionales, como el "Cesar Vallejo", de Lima; el "Rubén Darío", de Buenos Aires; al igual que la Medalla al Poeta Continental y una Corona de Laureles de Oro, que le otorgó en 1965 y 1966 la Organización Mundial de Poetas Laureados, con sede en Manila (Filipinas); en tal virtud, el Gobierno del General Barrientos le impuso la Corona de Laurel de Oro, en 1965. Fue Miembro de Número de la Academia Boliviana de la Lengua.

Sus principales obras son: Rosas Pálidas (1939), poemas; Canciones de la Tierra (1945), poemas; Cochabamba (1959), poemas; Evocación del Valle, (1964), poemas; La Parábola del Águila (1967), poemas; Antología Poética de la Flor Natural (1970), antología de los poetas laureados; Romance del Valle Nuestro (1972), poemas; Del Crepúsculo y el Alba (1973), poemas; Vuelo de Azores (1978), poemas; y Cantares (1989), poemas.


EL RÍO

Rastreando emerge del cristal de cromo,
un yacaré con ojos de esmeralda,
y serpentea entre la hierba gualda,
bajo el fogoso luminar de plomo.

Relampaguea en su quebrado lomo
el polvo de oro que la orilla escalda,
y un chiriguano de tostada espalda,
asecha al saurio, con feroz aplomo.

Rasga el ramaje su mirada oscura,
y estrangulando el pomo de su daga
hiere a la bestia con sin par bravura.

Resuella el monstruo y de venganza hambriento,
la hirviente sangre con su lengua halaga,
y con su cola decapita al viento.

4 comentarios:

Harold Diaz dijo...

Bellísimo.

Saludos!

fonsilleda dijo...

No conocía yo a don Javier del Granado, gracias por acercarme a él.
En cuanto al poema, hermosas palabras lejanas y viejas que nos acercan a otras vidas y otros menesteres. Temible animal que vence el hombre lejano.
Bicos.

Antonio dijo...

Muy buen soneto.
Un saludo

Ricardo Miñana dijo...

Sobre el rio, hermoso poema, sublime, excelente, no tengo palabras, sobre Javier del Granado gracias por compartirlo, no lo conocia, un placer leerte.

Feliz fin de semana
un abrazo
RMC