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viernes, 4 de diciembre de 2009

BABDAD

Tus líneas se diluyen en la imagen a escondidas,
casi atemorizadas por el fuego recién estallado
por muchas esquinas.

Acaricio
los bordes rotos de las ventanas ensangrentadas.

Juegan los niños pendientes de un balón de trapo
mientras cuesta adivinar el sendero de los lirios.

Muy cerca, las dunas rugen, el desierto está repleto
de ánforas metálicas, de cascos sin cabeza
y hay un olor a cirio,
que todo lo envuelve.

Sin pan, ni café,
Babdad.

Carlos Gargallo (c)

5 comentarios:

Paco Alonso dijo...

La realidad hecha poema delicadamente, sin pan, ni café,Babdad.
Gracias por compartir.

Cálido abrazo.

Marian Raméntol dijo...

Un olor a cirio que todo lo envuelve, como en esos sueños en los que una realidad paralela nos diluye...

Un abrazo
MArian

fonsilleda dijo...

La belleza de lo terrible, de lo absurdo, de lo rechazable.
Bicos

Anónimo dijo...

excelente, excelente , me encantó tu escrito. un abrazo

stella dijo...

Un placer pasar por tus poemas
Un abrazo
Stella