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lunes, 4 de enero de 2010

La tarde toda

La tarde desvaneciéndose.

Extraño en ese mundo tan extraño
de Calixto y Melibea.

Las hojas marcharon
para hacerse suelo y tierra con la tierra
y el suelo con las hojas
en un camino de nuevo invierno.

El corazón al galope
con sus ojos sobre la vieja foto
de cristal y frío
de viejo hielo.

La tarde balanceándose
en el ocaso negro,
algodón sobre las cumbres,

La daga en el pecho
con su filo y su hoja
su latido abierto.

Una vena que no se cierra
una canción con vaso de ron
y herida seca.

Carlos Gargallo (c)

7 comentarios:

AUGUSTO ZORRILLA dijo...

VERSOS LIBRES Y LLENOS DE MITOLOGÍA, Y METAFORAS URBANDAS COMO EL VASO DE RON QUE CAE COMO BALSAMO SOBRE LA HERIDA SECA .

INTERESANTE EJERCICIO LITERARIO PLASMADO EN UN BELLO POEMA

Paloma Corrales dijo...

Y se desvanece la tarde deshilvanándose de tus veros y en los recuerdos. Precioso.

Un abrazo.

Antonio dijo...

He visto el otoño en mi ventana, la brisa besando mis labios sorprendidos y las nubes jugando en la montaña. Al lado, el viejo cristal del marco de la foto que me lleva al pasado... todo eso me has resucitado, amigo Carlos.
Un abrazo

Anónimo dijo...

melancolia al tope.
un abrazo

fonsilleda dijo...

La tarde de invierno se desvanece en tu poema hoy.
Y así debe ser.
Ensoñación, realidad y dolor en bellas palabras.

ROCIO dijo...

Tiempo sin decirnos nada y acabo de encontrarte en un foro, fijate que no recuerdo en cual porque estoy en cinco, en cualquier caso espero que nos veamos. Te deseo un año maravilloso.

Un cordial saludo.

Rocío

josé rasero dijo...

Gracias por visitar mi nave y por tus palabras. Tienes un espacio encantador.

Saludos!!