Con sus manchas eternas en aceras,
paredes, y corazones en pedales.
La calle con su broche de oro
dando vueltas a las esquinas,
tropezando con perros
que no se sabe
si son sus amos o ellos
quien dirigen la correa.
Las calles de todas las ciudades
son iguales..., sí, no me equivoco.
Acaso no hay mendigos en los bulevares,
árboles maltratados,
farolas apedreadas,
papeleras vacías, y papeles arrugados
junto a sus pies de oxido y orines...
Mi calle también.
Solo que ella,
no tiene edificios, ni coches, niños mal educados,
mi calle es el campo, la montaña,
los ríos...
pero ya están podridos.
Carlos Gargallo (c)
8 comentarios:
Vayamos donde vayamos... el mundo se deshace delante de nosotros.
Un poco deprimente el poema de hoy.
Un abrazo.
También a mí me gustaría que ésa que es la tuya fuera mi calle; aunque creo que poco a poco tu calle se parece más a la mía.
Un abrazo.
BUENOS DIAS CARLOS:
UNA BUENA POESIA, QUE SE DUELE QUE LA MADRE TIERRA, ESTÉ TAN MALTRATADA.
OJALÁ NOS CONCIENCIEMOS, EN RESPETAR EL MEDIO AMBIENTE.
UN ABRAZO, Montserrat
Alguna esquina para ver pasar la vida debe de quedar sin intoxicar...
Me encantó descubrir este blog..y lo que contiene..
Un saludo.
Galatea Santos
La calle que nombras, la calle que guarda con celo las huellas de la existencia, esa que tú describes libre de eufemismos claro que existe, pero también está la otra, la mía, esa que nace al doblar la esquina del imaginario, y que alberga un sinfín de sentimientos que nacen y mueren a su placer… esa que no se parece a ninguna...
Qué bonito!
Abrazo!
Hola Carlos, ¿dime como puedo conseguir un ejemplar de tu libro?
Saludos: Juan A Galisteo
Gracias queridos, mi pecho se llena de alegría por vuestras opiniones.
Querido Galeote, escríbeme a mi correo poetagargallo@gmail.com y te contaré como poder recibirlo, un abrazo
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