Tengo una ración de luna
y mil luces
por tu sonrisa.
La canción entre los labios,
y tus ojos, abriéndose a la noche.
Un insomnio de recuerdos;
las espinas de la rosa
en mis manos
y sus pétalos
grabados
en la brisa de tu asombro.
Tienes luz
de añoranza
rozando el vestido de tu piel,
el mar recién nacido
para navegar en la claridad intacta
de los amaneceres en calma.
Un infinito, colmado
de ricas alegrías.
Paz de nombre perfecto
en el cielo y la tierra bendecida.
Carlos Gargallo (c)
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