La irresistible luz de las tardes
cayendo lentas hacia los luceros primeros.
Camino de las cárdenas sombras
precipitándose a manos llenas
contra el azul intenso.
Todo como
una recóndita isla del tu y yo
ante el presente naufragio.
Las inocencias vencidas
de viejas historias crepusculares
entre el alma de los árboles reverdecidos
y la cúpula estelar
asomándose a sus balcones,
abriendo los ventanales,
mirándonos.
Carlos Gargallo (c)
3 comentarios:
Un precioso poema me trasporto al campo me huele a libertad muy profundos sentimientos me gusto mucho, un gran placer leerte.
Besos que tengas un feliz día.
Buen poema entendible, practico
sencillo, algo real vivido, ahora soñado, después recordado, recordar
recordar nos queda.
Un abrazo
Ángel.
sentir la nostalgia de cada crepúsculo perdido, de no atesorarle como es, es perder la dicha de encontrar placer, en esas manos que sostienen con fuerza alcanzando el climax de nuestros sueños estampados entre colores anaranjados, dorados tan hermosos que se tornan que perdemos la sensatez de nuestro ser.
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