El horizonte se inclina
cada vez que un corazón
se siente en una jaula
o una puerta se cierra
al final de un pasillo.
Rodeado de fantasmas,
el hombre se hace infertil
con un látigo voluntario
y recorre el mundo
donde olvido y memoria
son tan solo
los reflejos de una ilusión
de lo dulce y lo amado.
Este ir a corriente
no es, si no
por llevarle la contra
a los relojes y los calendarios.
Demasiado tiempo esperando
el ascenso de la luz
al pensamiento.
Carlos Gargallo (c)
8 comentarios:
Buenos días Carlos.
¡Ay los relojes!, que ha veces provocan el strés.
Por esto me gusta madrugar, para ganar la batalla al tiempo.
De momento hoy ya he leido dos Poemas, otro y el tuyo.
PAZ, AMOR Y ARMONIA, te deseo desde Valencia, Montserrat
La verdad que me gusto muchisimo!
Gracias por compartirlo.
Besos y buenas noches.
Perdona mi ausencia pero ya estoy por este mundo de nuevo.
Empezare a visitaros nuevamente
Un besito Rosa
Carlos, es la primera vez que te leo y me ha maravillado tu hermosa y tan cierta inspiración. Me encató y tr felicito.
Un abrazo, amigo.
Dora
Como dicen por ahí, el instante es una espada, si no lo cortas, te corta.
Ojalá aprendiéramos de veras a vivir el presente, que por otra parte a poco que se piense, es lo único que se tiene, si es que se tiene algo.
Saludos y a ver si se anima a con-versar
Así es el horizonte, y, en este poema, lo dices de manera sublime.
Un abrazo
¿he dicho que me gusta?
HERMOSO! me saco el sombrero!
muchas gracias por compartir..por comentar,poco,jajaja!
un abrazo enorme,beso
lidia-la escriba
Un delicado vaivén de las palabras, hacen esta poesía...bellísima!
Un saludo fraterno desde Uruguay
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