La mujer rubia y alta
blandía la sonrisa
en los horizontes perdidos.
Era campo de estrellas,
ración de universo.
La mujer rubia y alta,
cantaba en mis primaveras
que solo fueron una,
más allá de todo aquello,
dos partes de corazón
en un mismo pecho.
La mujer,
que era mucho más mujer
que yo o cualquiera, hombre,
besaba como la diosa del Sol,
como el Sol, cálida, intima, brasa.
La mujer rubia y alta
lo seguirá siendo en mí para siempre.
...Y yo,
tan inmensamente pequeño.
Carlos Gargallo (c)
5 comentarios:
Rubia es belleza y alta es grande, imponente, soberbia... la mujer bella e imponente siempre atrae y tu verso muestra esa atracción irresistible.
Saludos
Huellas que ha dejado esa mujer en tu corazón, te felicito.
Bello tu escrito.
Besitos de Arte.
Muy hermoso y suena a ilusión que perdura.
Saludos.
Escribes con mucha sensibilidad como los grandes. Seguiré leyéndote.
Saludos.
Bonito poema......esa rubia te dejó muy "marcado".Saludos
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