He probado y perdido
La razón de saberme roca,
Acantilado bajo tormenta de Levante,
Mar voraz,
-Poro empapado de espuma y yodo-,
Ocaso de ola
En el Cabo de Poniente
Con las alas abiertas
A la noche y sus conjuros.
Entre mis húmedas manos
Se deslizan las sombras.
Aquella Luz mediterránea
-plenitud esmeralda en la retina-,
Es el recuerdo aferrado
En el declive de un sueño,
El tesoro en mi naufragio
Que dejé en la otra orilla.
Carlos Gargallo (c)
2 comentarios:
Hermoso viaje acabo de hacer leyendo tu poema
acuñando un trozo de atardecer
en el Cabo de Poniente.
Abrazo.
Gracis Cecilia, me alegro de ello, un beso.
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