Me dan ganas de ser
como el jilguero en su rama,
feliz con su canto enardecido.
Navegar en mansas aguas
para quedar después
varado en la arena.
Que todo amor, dolor y pena,
queden adormecidos
en este corazón de fragua
y saberme el envés
de todo lo que no pudo ser
y nunca he sido.
Carlos Gargallo (c)
1 comentario:
Preciosas reflexiones. Es la magia que tenéis los poetas, capaces de encarar lo misterioso y lo real de esa manera tan natural y a la vez asombrosa.
Un abrazo.
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