En mí estás esta noche
sin caducidad de presencia,
estás y eres,
sí, amada, como una bala ya en el aire
sin posibilidad de retorno
al punto de partida,
como alimento que envenena
la soledad oxidada por el llanto.
Bebes mis sueños
esparcida sobre la luz despierta
con piel aceituna,
traes de esas sombras
la cinta de tu sangre,
la fuente del poniente,
todo dolor y toda alegría,
un traje de nuevo sin costuras
a este corazón desagradecido.
Carlos Gargallo (c)
2 comentarios:
dichosa ella bendito tu
Gracias amiga.
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