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miércoles, 4 de febrero de 2009

Confesiones

Lo único que puedo afirmar
es mi pulso dando saltos
y la locura diaria que me habita.
Desde aquí, levanto los ojos
y veo a un hombre diferente
que levanta las manos abiertas
pidiendo la prorroga necesaria
para seguir sintiendo.
Pienso en los brazos de una mujer
que se alzan hacia mi pecho calado
y veo esa imagen llegando en sueños,
repitiéndose a cada instante,
en cada parpadeo.
Así es como estoy,
seguramente,
como estaré
hasta la próxima vez
que vuelva para confesarme.

Carlos Gargallo (c)

5 comentarios:

Miguel Ángel García González dijo...

Realmente extraña aquella figura del espejo

ade dijo...

- No dejes nunca de sentir, poeta, nunca. Un gran abrazo. Ade

Anónimo dijo...

Bueno, Carlos, yo que hasta hace, relativamente, poco, nada sabía de este pequeño, pero expasivo universo de los blogs, todo lo he aprendido, sobre la marcha, leyendo a los jóvenes. Luego he comprobado que entre todos ellos tú eres el que más entradas genera. Sin mediocridades. Sin bajar la guardia. Y no perder la ilusión es una forma de mantenerse lo más eternamente joven.

lanochedemedianoche dijo...

Sentir y confesar… contraer el corazón es siempre comenzar.

Besos

La Maga Gris dijo...

ella estará más cerca de lo que crees...