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lunes, 13 de julio de 2009
El suspiro de la puerta
He dejado la puerta entre abierta,
solo por si las moscas,
aunque ellas, las mocas, entren
y dejen al menos la casa
con el eco de sus zumbidos diminutos,
con el tono de solo saberlas
cuando casi están llegando a los oídos.
El viento, hace sonar el oxido
en las bisagras
como un quejido (desagradable) que llegara
desde la soledad de los pantanos
mientras una lagartija
toma el sol boca abajo.
Ella, la lagartija,
pasa la vida pasando,
ajena a ti y a mi, al mundo mismo
como si fuera cualquiera de los seres humanos
que deambulan por este mundo,
a la espera de que alguien, al pasar y pisar,
dejen su huella en la piel sin mas.
Y así sigue (la puerta)
en la eterna espera
hasta que nadie quede para cerrarla.
Carlos Gargallo (c)
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6 comentarios:
"Y así sigue (la puerta)
en la eterna espera
hasta que nadie quede para cerrarla."
Lamente decirte que será una muerte segura.
El día en que no haya una mano que empuje esa puerta, ése día, tampoco habrá ojos que lean estos versos, entonces el mundo no será mundo, sino un trozo de sílice que gira en torno al sol.
Pero hasta entonces, nuestros ojos al menos, y quizá alguna mano, estarán a tu lado, gozando de estos versos que destilan melancolía y estoicismo.
Un abrazo.
Bonita poesia.. me gusta lo que escribes... saludos!!
Esa puerta abierta no es sólo una invitación a las moscas, sino también a la vida en general. Aunque sea una vida para ser vivida tumbados al sol. Un abrazo, querido amigo.
Cuando no haya quien cierre esa puerta estará el viento que barrerá con el último vestigio. Bello tu poema. Hasta pronto.
Cuando no haya quien cierre esa puerta estará el viento que barrerá con el último vestigio. Bello tu poema. Hasta pronto.
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