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miércoles, 26 de agosto de 2009

El jardín marchito


Aquí todas la rosas se sonrojan
y van después muriendo
a golpes de acero.
También, hubo un tiempo de lilas,
de coronas multicolores y edenes,
pero llegó la sal a los caminos
y las borrascas atronadoras,
cambió la luz por las sombras,
sin oraciones ni cumplidos.
Dijo adiós y quedó todo escrito,
nunca quiso dar retroceso al tiempo
y me quedé solo
de ella prendido.

Carlos Gargallo (c)

14 comentarios:

Deray dijo...

Bello tu poema. Y es que no hay rosa sin espinas.Un beso poeta

Rafael Humberto Lizarazo Goyeneche dijo...

Hola, Carlos...

¿Cuantos jardines marchitos habrá en el mundo a causa de la indiferencia humana?

Muy bueno tu poema,

Saludos.

Anónimo dijo...

Mmmm asi de bello como triston!

Me gusto y mucho.
Tere.

(Te vi agregado a mi blog y quise saber quien eras.)

Harold Diaz dijo...

Hermoso poema, hermoso jardín!

Saludos!

Marina-Emer dijo...

muy bonito poema ...con unos versos muy sentidos y bien pensados
UN ABRAZO
MARINA

SANDRA... dijo...

Tu poema de hoy es, como la vida misma. Bellísimo!!!
Buen jueves amigo.
Besitosssssss.

Unknown dijo...

CARLOS, QUE BONITO Y QUE TRISTE, PERO ES LO QUE ES,LA VIDA ES ASI.
UN BESO
REME BALLESTEROS

Antonio dijo...

Carlos, los jardines y las flores se marchitan, las rosas mueren para que nazcan otras, pero el jardín tiene su belleza cuando se cuida y se mima, entonces, la rosa agradecida, te entrega su belleza.
Un abrazo

Micaela dijo...

He regresado y he pasado a visitarte de nuevo para impregnarme de tus bellos poemas. Un abrazo.

Lila Manrique dijo...

Carlos, que belleza, es un poema del alma...
Totalmente del alma.
Mi abrazo para ti

Pilar Moreno Wallace dijo...

¡He sentido tan cerca este poema! En realidad me ha traído la imagen de otro jardín en el que pasé muchas horas felices de mi infancia. También se agostó y ya no queda nada que recuerde aquel lugar.

Te lo dedico:

Imposible retorno

Ahí, donde la casa se erguía señorial y altiva,
no queda nada, solo tierra solitaria y triste…
Busqué un alma y encontré palmeras,
faros vigilantes en un mar de rastrojos secos,
recuerdos de un jardín umbroso y fértil,
hoy árido y yermo, sombras del pasado
que se diluyen…
Un mundo que fué y no es,
latidos de entonces que dañan
dejándonos heridos y sin aliento…

¡Quisiera ser golondrina sin memoria
en el camino perdido del retorno !

Pilar

Ivan Lukman dijo...

Triste, pero con sabor dulce.

El agua.
de esperanza nacida de su boca
en palabras.
vuelve loco a mi corazon.
pero de un segundo a otro.
puede variar.
y ahi el agua se convierte en veneno.
que me marchita
como un fuerte sol
junto a la sequia de esperanza.

Desde una habitacion en la joven Buenos Aires te dejo un fuerte abrazo

Inés María Díaz dijo...

Precioso poema, en el que describes muy bien el camino de la vida con sus flores fresca y quemadas, te felicito. Un abrazo,Inés

LUNA DEL ALBA dijo...

Bello y real, gracias por compartirlo. Precioso tu blog, gracias mil por pasear por el mio.
Cuidate y no te olvides...QUE NADA NI NADIE TE ROBE LA SONRISA...te visitare, es con miga lo que escribes.
Un saludo