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sábado, 5 de junio de 2010

Tiempos de verano

En los atardeceres, después de las meriendas,
estaban todas las señales ( ocultas )
de los pícaros ojos de nuestra adolescencia.

Bañábamos nuestras sandalias en la fuente
para a continuación
saltar y correr por la hierba
entre troncos de palmeras, enormes eucaliptos
y jazmineros enredados.

Como en una nube, los mosquitos,
luchaban por llegar primero a las farolas iluminadas
y el canto de la cigarra
entonaba su aprendida nota.

El tiempo corría lento bajo
y el verano prolongaba en sus noches
conversaciones entre vecinos
a las  puertas de las casas.

                      Tiempos caducos
prendidos en la almohada  de los sueños,
tan lejanos, tan cercanos.

Carlos Gargallo (c)

9 comentarios:

Madison dijo...

Es un placer leerte. También seguirte

Armando dijo...

Cada cual vive el verano según su entorno. Las mias hasta hoy mismo son agua, sol y hermosas playas que la naturaleza nos ha regalado a manos llenas.
Un saludo.

Rocío Márquez dijo...

Muy muy bonita.
Enhorabuena, nuevamente.
Un saludo.

Mercedes Pinto dijo...

Yo también viví esos entrañables veranos de puertas abiertas, de complicidad con los amigos bajo las estrellas, de calor bajo la higuera... Ahora se comparte piscina con extraños, noches tras la pantalla, conversaciones con la soledad tras las puertas bien cerradas...
Bonito poema.
Un abrazo.

Manel Aljama dijo...

Me gusta.
Me has hecho viajar al pasado. En cada verso, uno o dos sustantivos se ha encargado de ello. Así, atardeceres, meriendas, pícaros ojos, sandalias, fuente, hierba, tienen por sí mismos la fuerza del verso entero.
Y para que no haya dudas de que es un tiempo pasado:

conversaciones entre vecinos
a las puertas de sus casas

Algo que seguro existe hoy en día pero limitado al mundo rural y no al maldito mundo urbano de las grandes ciudades. En mi caso, las noches de verano a la fresca eran en ciudad, pero en un barrio, no en una avenida principal, pues era impensable.

En la última estrofa concluyes que esos tiempos, ya pasados, están lejanos en el tiempo pero cercanos, porque probablemente los tienes dentro del corazón y en el recuerdo, y de una manera u otra, condicionan mucho el comportamiento actual aunque lo neguemos...

Azpeitia poeta y escritor dijo...

Que bonito es rememorar, más aún cuando se hace en forma de poesía, y esa poesía tiene la cadencia y sensibilidad que tú le imprimes...magnífico....un abrazo de azpeitia

Amaya Martín dijo...

Tiempos que se llevan dentro, que nos hacen niños de algodon y miel

Un poema bellisimo,de una construcción excelente, que araña el alma y la transporta a sus raices

Un fuerte abrazo, Carlos

Anónimo dijo...

Hermoso poema que llega al alma acariciandola con tus letras, me encanto.
besitos para ti

Maria Rosa dijo...

Recuerdo de un tiempo que no está y nuestros jovenes no tienen la oportunidad de disfrutarlo.
Hermosa manera de decirlo
Caiños
María Rosa