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viernes, 16 de julio de 2010

La canción del borracho

Ninguna sensación cabe ya en la frente ni en la boca.
Un vaso vacío de difuntos,

Venas sobre venas en la cara,

El baile sin San Vito en el horizonte

Perdido en la pupila de la próxima esquina.

Una canción cacareada

En desafinados manantiales sin saliva.

La sombrilla de las manos

Como toldos ruines

Sobre ojos desencajados.


Por los labios a borbotones

Mil blasfemias de derrota.

 
Pasa un coche sobre el charco,

Cien gotas escupida

Hacia el pantalón raído

Orinado hasta las botas.


Que acabe esta canción de animal herido

Y salga el sol sobre su cabeza.


Que duerma al menos unas horas

Hasta que se beba la noche y sus sombras.


Carlos Gargallo ©










6 comentarios:

J.Lorente dijo...

Alguna vez me he sentido un poco así... Menos mal que no han sido muchas.

Con lo malo que es estar borracho y las veces que nos repetimos que no lo volveremos a hacer, ¿cómo es posible que se nos olvide a la primera ocasión?

Un Abrazo y una copita a tu Salud, Carlos.

Laura Caro Pardo dijo...

Me gustó esta descripción del borracho y me hizo pensar en las borracheras del alma que tardan mucho más que unas horas en pasarse.
Gracias por compartirla.
Saludos

Mercedes Pinto dijo...

Hermoso poema. Mis respetos a los borrachos, cuya adicción es tan manifiesta y han de arrastrar su vergüenza por el mundo. Otros tienen vicios peores y son aplaudidos.
Un abrazo.

Micaela dijo...

Hermosa descripción de la persona borracha. Me ha gustado mucho. Un abrazo y hasta pronto.

FRANCISCO PARDÓ dijo...

Hay cosas ocultas en las almas peregrinas por situaciones vividas. Excelente poeta!

Anónimo dijo...

Todos estamos un poco borrachos de ilusiones, de sinsabores, de inquietudes y al final ¿que vemos en nuestra copa vacía? el reflejo de nuestro interior, por eso a veces necesitamos llenarla. Contundente y explícita es la descripción de tu poema. Un abrazo, poeta.