En alguna parte
debe de haber alguien
que robó mi suerte.
Quizás un promotor de viviendas
cuando se llevó a Brasil mis ahorros.
Tal vez mi profesor,
aquél que defendía a las mujeres,
negaba las leyes y conducía borracho.
Quien sabe si todo es
porque la suerte, era una señora caprichosa
que un día decidió
cambiar de barrio.
Lo cierto es
solo me quedas tú,
te quiero con toda mi alma,
pero por favor, calla,
y no ladres más.
Carlos Gargallo (c)
5 comentarios:
Real, crudo y revelador poema. A cuántos le robaron la suerte... Gracias a que yo nunca creí en ella, tal vez por eso no la echo de menos.
Un abrazo.
Tenerla a "ella" ya es una gran suerte, sobre todo, porque siempre tendrás su cariño y jamás te pasará la cuenta.
Me gusta tu sutil crítica al momento en que vivimos.
Abrazos
La Suerte es una Brújula Rota... Quien confía en ella, tiene escasas posibilidades de encontrar el Norte.
Y deja que ladre, hombre, no seas así... A lo mejor lo que ladra son poemas de Amor que no podemos entender.
Un Beso Extraviado, Carlos.
Creo recordar que deje un comentario...creo que si...Bueno, lo repito...
"Al menos que os quede cerca alguien...a ser posible que no nos ladre....que la vida ya es suficientemente ruidosa.."
Un saludo
Me hiciste sonreir.
Gracias ;)
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