De Ory, iconoclasta de la poesía, muere en el autoexilio francés a los 87 años
"La poesía es un vómito de piedras preciosas", "La risa es el sexo del alma" o "El viento es Dios que pasa bailando". Son algunos de los "aerolitos", aforismos o palabras mágicas, que caracterizaron la obra del poeta gaditano Carlos Edmundo de Ory, fallecido ayer a los 87 años en Francia. Su esposa, Laure-Denisse Lachéroy, explicó que De Ory, que tenía leucemia, falleció en su domicilio de Thezy Glimont, por voluntad propia.
Carlos Edmundo de Ory, uno de los autores más iconoclastas e importantes de la segunda mitad del siglo XX, vivía en Francia desde los años 50, cuando se exilió por "asfixia política y social". Una circunstancia por la que fue un gran desconocido en España.
Fue Félix Grande en los años 70, cuando publicó una antología de De Ory -hijo del poeta modernista Eduardo de Ory-, quien puso la lupa en este poeta moderno y transgresor, al que siempre le caracterizó la vitalidad, el humor y el amor al ser humano.
Después, la publicación de una antología editada por Galaxia Gutenberg, Música de lobo (2003), y El enterrador de vivos, en 2006, con prólogo de Francisco Nieva y un CD en el que Luis Eduardo Aute y Fernando Polavieja musicaban 14 poemas, ponían al alcance de los lectores su obra, empeñada en renovar la poesía de posguerra. De Ory acabdó criticando el postismo, corriente a la que perteneció, y renunciando al malditismo.
1 comentario:
Bendito Ory, que al menos ahora que ya eno está, su memoria y su obra se mantengan en la memoria de unos pocos.
Conozco al personaje por ser de Cádiz, pero siempre he ido dejando la lectura de sus poemas para "mañana".
Gracias Carlos por esta entrada : un empujoncito para saber que ahora me es urgente conseguir el libro de Ory que me lleva esperando varios años.
qdep.
Un abrazo para ti Á
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