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martes, 16 de agosto de 2011

Aria

No quiero pasar, no quiero.

Mientras espero que la desnuden
sueño su inmenso canto de alondras,
rezo su tierno rostro de azules intensos.

Un abanico de espuma,  razón del cuerpo inerte.

Los sombreros negros de la noche
caen disueltos en la espesura
de esa habitación con olor a flores.

Llámame entre sueños
                        lirio cárdeno de infinito.

Adiós, adiós,  exaltación de las luminarias futuras,
que tus párpados cerrados aquí,
sean ventanas de luz.

                  Que así sea.

Carlos Gargallo (c)


7 comentarios:

María dijo...

Bonito poema, es de los que te hacen pensar.
SALUDITOS

Montserrat Llagostera Vilaró dijo...

Bellísima Poesía Carlos.
Es un aire fresco en medio de tanto calor.
Besos, Montserrat

Meme Vergara dijo...

ventana de luz.... precioso el poema.

Besos.

magdalenacontreras dijo...

Precioso poema, te hace pensar, un canto al amor.
Saludos.

zel dijo...

Sugerente, y tan metafórico...es precioso, Poeta! Un abrazo!

soylauraO dijo...

Dolor amor, la palabra en verso es la mano que sostiene el lazo suavemente, dolor de pálidos perdidos, de azules, de morados, de amarillos; de flores cortadas, de palmares. Dolor de adentro sin testigos.
Su poema es intenso.

http://enfugayremolino.blogspot.com

Soledad dijo...

Me ha recordado al último adíos de alguien muy amago, bello y doloroso a la vez. Un saludo