Cualquier ciudad es triste.
Hay obras, ambulancias
y guardias, sobre todo guardias.
En nombre de la prosperidad,
seguimos usando las más primitivas armas.
Desde terrazas y balcones,
llueven témpanos de aire acondicionado,
cigarrillos voladores, gritos y palizas
que sangran en las escaleras,
lágrimas de niños arrodillados
llamando a sus madres
camino de los cementerios.
Carlos Gargallo (c)
2 comentarios:
Ciertamente las ciudades tienen algo de eso,
que cuanto más grandes, más tristes, más frías, y más duras...sin duda.
Un saludo.
y lo mas triste que entre guardias y niños, en todas la cuidades, siempre hay el camino al cementerio que deja un vacio en la cuidad, una pregunta que se pregunta en todas las cuidades
muy bonito lo que escribes, me llega al alma, me hace pensar y mucho...
Publicar un comentario