I
Las luminarias de la noche
no son sino el infierno prendido
en los aconteceres del sueño,
la bruja entronada y la desidia
del tener un manto de plomo
sobre el cuerpo tendido,
indefenso, cautivo de los brazos
del Morfeo más inhumano,
ese que no deja ni a un solo músculo
hacer a su antojo.
II
Las pesadillas de la madrugada
en vuelven el cuello en la horca
del más absoluto absurdo
y remuerde las venas en los abismos
del deseo extirpado.
Más todo esto que os cuento,
es canto de gallo prometido.
III
La luz renace de entre las sombras
mientras clava su puñal de pureza;
un suspiro traspasa la casa toda,
salta por la ventana buscando alcanzar
el agua fresca y limpia
de cualquier fuente hasta agotarla.
Es cuando en realidad
los párpados ya no se resisten
a dejar que las lágrimas caigan.
La pesadilla de la noche
da paso al día.
La nueva noche
acecha la cama vacía.
Carlos Gargallo (c)
7 comentarios:
Me encantan tus poemas. Me encantaría me dieras tu opinión del que recientemente colgué en mi entrada.
Saludos.
Carlos, descubro una gran sensibilidad en tu corazón... una sensibilidad que sale por los poros... para mí, el día de hoy es 'La luz renace de entre las sombras'.
Abrazos.
Abril
Carlos, poeta amigo, que duro... ese texto lleno de melancolía... comparto mucho de tus letras...
Un fuerte abrazo como siempre.
Es muy intenso pero triste, desde aquí he podido sentir esa cama vacia.
Un beso
Este poema, que habla de el el poderoso y ansiado Dios del sueño, mi amado Morfeo, que hemos estado peleados mucho tiempo, pero a vuelto a mi con sus brazos mas fuerte.
Me encanto.
Besos.
Me ha gustado mucho, Carlos. Es una reflexión poética que trasciende. El mundo de los sueños es trascender. En tres tiempos... y el final... el final, casi resulta amenazador.
Un abrazo
Laura
Excelso e impecable el poema. Un verdadero placer estar en tu blog. Saludos.
Publicar un comentario